<"DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> Sin Imprenta: octubre 2004

10/28/2004

Querido Diario ( A veces soy mas yo que Edipa)

Esto es lo que me pasa cuando vengo a Quito, mis días de chica intelectual me encuentran y recuerdo la vergüenza que me da haber citado a Coxx en una borrachera en alguna trastienda, es de la vergüenza buena...

Y describirme totalmente uncool en algún lugar de moda mientras participo por total casualidad cargando cables en una sesión de fotos experimental en la discoteca mas In alternativa Hippie billetado de Quito. Uncool porque ni tratando le pego al espiritu de esos lugares (yo soy mas de carpa cervecera). Para amanecer en mi trabajo lleno de cadáveres de dirigentes universitarios, sobrevivientes de movimientos políticos del sur, y los mas refinados, técnicos, sociólogos, masteres y demás todos bien entrenados en el desarrollo comunitario… Con orgullo, con una lágrima en el ojo, siento que después de llamarlos así les puedo decir: mis panas, la mitad del tiempo me tengo que pasar explicando que quiero decir porque somos de universos diferentes y ya con el tiempo nos hemos acostumbrado a no entendernos.

Me acata el sentimiento de culpa por el alejamiento de este blog… aunque parezca mentira, esto es un proyecto para mi, me molesta no tener tiempo para desarrollarlo.
Pero este post si tiene tema. Living Up the Stereotype.

A mi el otro día me sacaron la carta esa del regionalismo en la cara, me dijeron, Uds. los monos son los corruptos, empezando por ti y terminando por fulanito; Hago paréntesis, para decir que me cago en el regionalismo, he vivido en Guayaquil y en Quito, tengo amigos entrañables en los dos lados, amo y odio a esas dos ciudades con la misma intensidad. Utilice el silencio por un tiempo y respondo: primero me dices puta y después me dices ladrona, primero me dices mentirosa y después me dices ladrona, primero me dices montubia malcriada diciéndole malas palabras al jefe y después me dices ladrona… me levante y recibí disculpas, las acepte porque yo también siempre pido disculpas y mejor mejoro el mercado de las disculpas para cuando me toque. En todo caso, que fácil decir Uds. los emelecistas, Uds. los monos, Uds. los manabas, Uds. los serranos, Uds. los ecuatorianos, Uds. los gringos, Uds. sudakas inmigrantes que no son lo suficientemente limpios como para ser afines a nuestra linda urbanidad construida bajo las guerras mas sangrientas de la historia. Uds. y algo con una sonrisa en la cara. Uds. los que no son nosotros.


Ahhh Ser Mona (y eso que técnicamente ni lo soy). Ese es un estereotipo que siempre he aprovechado, que aprovecho cuando vengo acá, soy una mona puta. Soy una ex tira piedra, activista de bolsillo, cigarrillo en mano wisky sobre la mesa burlando de algún aniñado que no entiende la trascendencia de la trilogía del padrino en la historia de los domingos con canguil. Corrupta o por lo menos joven del Partido Social cristiano que no tiene vergüenza del poder (otra aclaración me da diarrea el partido social cristiano pero eso si el poder no me da vergüenza!). Y cuando opino soy inevitablemente roja, porque solo los rojos tienen una critica al mercado. También soy menestrera cuando hablo de aduanas. Y es que todos somos un estereotipo, no podemos comprender el mundo de otra forma.
La única forma de aniquilar el estereotipo es con la mierda, con los errores y con los contratiempos, por que tu mejor amigo cuando sale en la Cosas/Notinorte es un aniñado pero cuando se queda sentado contigo toda la madrugada después de un día de mierda te lleva cigarrillos es ese gil, que inevitablemente quieres.

Este post es para desmenuzar los estereotipos. ¿Cual es el mejor que Uds. han sido? Yo estoy en pijama a las 12 del día amanecida de hacer informes, se viene el feriado y he decidido definitivamente ser una escritora, ese es el estereotipo más ridículo que me han puesto (que me he puesto). Pero tengo que pegarme el pajazo para llegar al orgasmo. Debo ser más valiente que mi humor pretencioso y escribir a pesar de mis faltas semánticas, de estos posts que nunca edito, de esta mañana en pijama en la que insulto a la inspiración y aplasto republish…

Al despertar Gregorio Samsa una mañana tras un sueño tranquilo, encontróse en su cama convirtiéndose en un monstruoso insecto.
La Metamorfosis, Franz Kafka

|

10/22/2004

Incertezas (certezas de moda)

A veces es muy importante ver las noticias. Y tener posiciones, defenderlas con todo nuestro vocabulario.
Veces en las que es indispensable saber lo que se habla y tener la causa correcta. Tener memoria inescrupulosa y poner la firma en todo lo que se dice.

Otras veces uno no ve una escalera la pasa de largo y se cae de oreja... no importa que sea el antagonista del mundo, el dolor de cabeza de la globalización, duele igual. Se ríe el líder del primer mundo mientras su hija, en le baño, se mete el dedo para vomitar y olvidar cualquiera de esas cosas que uno, pretenciosamente, cree poder superar.

Ayer me valió un carajo la política, cualquier caída (física) de cualquier persona me parece un momento extraordinario.

Esto lo dice una pie plano que ha conocido el piso ya demasiadas veces.

|

10/20/2004

Eisègesis *

No se bien si los inicios de cada persona marcan su rumbo. Recuerdo claramente el día que supe que tenia que escribir, mis padres tenían una discoteca en Manta como trabajaban de noche habían adecuado su habitación para dormir de día, sin querer crearon el cuarto mas gogotero de la calle 17 (Manta es como New York, numerada) con paredes grises, alfombra obscura, foco de muy poco voltaje y una puerta que lo único que le funcionaba era el seguro. Ahí escribí mi primera historia, tenia nueve años. Se trataba de un nieto y su abuela, de ciudades divididas, como casi todo lo que he llegado a tener en esta vida, perdí ese texto en algún descuido.

Con la llegada del llamado de tripa, llego mi amor por los libros.

Debo reconocerlo no entre por la puerta grande a la literatura, a la vuelta de mi casa había una librería que se llamaba “Vida Nueva” (ahora creo que es un joint que pregona la literatura que ama al señor…) ahí tenían una sección bastante amplia de literatura infantil; la colección de Torre de Papel era mi preferida. Los libros que mas recuerdo oscilaban entre niños que perdían su ombligo, un benefactor de piernas largas, una niña secuestrada que escribía cartas, lunáticos con hermanas llamadas libertad, adictos al chocolate, cazadores de nubes y sí, las Gemelas de Sweet Valley. En mi defensa declaro que la escuela era un lugar hostil y esa era mi única referencia literaria para ser chévere.
No recuerdo bien si en ese tiempo fue que llego esa colección que me presento el mundo, mundo que aun no tiene ninguna compasión conmigo. Disculpándome por no decir la casa editorial, hace unos diez años salieron una colección de comics que recopilaba, de una manera magistral, clásicos de literatura, eran a full color, papel couche y en español. Por esa colección conocí a Moby Dick, Lazarillo de Tornes, Viaje a la Luna, Don Quijote (mi favorito) Una Canción de Navidad, 2.000 leguas de Viaje Submarino. No puedo dejar de nombrar la edición ilustrada de Las mil y una noches que había en mi casa, ese libro gigante en el estante mas alto donde mi mama, con los cachetes rojos, lo había escondido cuando me encontró revisando detenidamente la orgía en la que le habían puesto los cachos al rey persa ese que indignado lo olvido todo en la boca de Sherezade la cual recopilo a mejor antología de la historia. La enciclopedia de los gnomos, enmarañada por mi hermana menor.
Nunca respetamos los libros, los llevábamos a todos lados, los leíamos, los cambiábamos por cosas de menos valor, los revisábamos peligrosamente con un helado amenazante derritiéndose en nuestras manos, aportábamos con colores, con curiosidad impertinente.
No pienso que uno es mejor por las cosas que lee, ni que la TV te hace bobo (yo soy adicta a la TV y eso no prueba nada pero procuro no decirme boba indirectamente). Todos tenemos un buen recuerdo con nuestros primeros libros, me queda la duda que si nos hemos hecho peores o mejores lectores.

Luego vinieron con “perfect time of Arrival” la Metamorfosis, Hesse y su Damián, los cronopios, pero yo ya era otra. Ya pensaba que me las sabia todas y estaba buscando ayuda para sobrevivir la post edad del burro.

Deposite en las cajitas su primera vez en los libros, ya que las primeras veces están tan de moda en esta batalla mediática.

* palabra proporcionada a mi vocabulario con el auspicio de Nashira.

|

10/13/2004

Autobiografìa

-Que camarona que eres para las curvas cerradas
-Manejas tú o manejo yo, trafico de mierda
-No llores solo di “soy camarona” y quédate fría

Èl es el papa, el otro: su hermano con humor parecido a negro, que le gusta a todo el mundo.
Y ella sentada pensando que desde que les han pasado tantas cosas en tan poco tiempo, desde que han conocido el miedo, su propio odio sin perder, eso si, el cariño. Momentos así son los que últimamente se hacen recuerdos.

|

10/11/2004

A.L.G.O I (el olvido y el sentido del humor)

Trato de recordar la mayor cantidad de cosas. La mierda no me asusta.
En "El Túnel" Sabato se pega un comienzo memorable y dice que los seres humanos tendemos a recordar lo bueno y que el (Castels, el personaje) solo recuerda lo malo, yo no me siento tan complicada solo tengo miedo de olvidar un buen momento, por eso confió en lo que he vivido y me dejo llevar por los presentimientos, si aprecio a alguien unas mil buenas razones deben estar zippeadas en mi cerebro. Una botella, una buena película, un libro que me desmorone y Voila suceden, los recuerdo, aquí alado mío como deja vu solo que es mi vida, son cosas que me han pasado y estoy segura de ello.

No se porque estoy escribiendo esto. Me burlo mucho de todo y hasta quisiera burlarme en este momento de lo ridículo que es escribir este post sin una sola cerveza encima.

Pero he querido tocar el tema del sentido del humor, porque la veo como mi única forma posible de combate.

Existen blogs que se han creado últimamente en el mundillo bloggero local, que defienden a la violencia como la mejor válvula de escape y es màs he notado mucho de eso en bastantes lugares. Quiero expresar públicamente (en lo publico que puede llegar a ser un blog) que esto es errado. Lo único que tenemos para enfrentar lo que nos venga es lo que hemos vivido, nuestra historia, en este caso mi historia y con mi historia como único respaldo digo: están mal.

Ser acomplejado es la expresiòn maxima de no tener sentido del humor, sentido de la ironía, sentido de lo ridículo, siendo lo ridículo en este momento nuestra forma primaria para sabernos humanos, siendo en lo ridículo seguramente unos idiotas, pero también seguramente libres. Las malas palabras no me sorprenden los insultos simples tampoco. No se combate nada reproduciendo discursos ridículos como los que acarrean la palabra: puta y marión. No es una cuestión de moral es una cuestión de mala estrategia.

Así que solo por hoy le saco la lengua a mi acomplejamiento, sin pica, sin ninguna información mas que las que les proveo, me sorprendió la melancolía y eso no debe tener nada de malo.

De la vanidad no digo nada: creo que nadie está desprovisto de este notable motor del Progreso Humano. Me hacen reír esos señores que salen con la modestia de Einstein o gente por el estilo; respuesta: es fácil ser modesto cuando se es célebre; quiero decir parecer modesto.
El Tùnel , Ernesto Sabato*



|

10/08/2004

Los exploradores (escrito por Don Baucis*)

Sólo la noticia de su muerte revivió el recuerdo de Julia Orlando. Luego del entierro, apenas escampó y estuve seguro que no me encontraría con nadie, volví a la finca en que se asiló y no había cambiado en cuarenta años. Abatido por su ausencia, me quedé en la entrada para no encontrar intactos los cercos de árboles, la maleza tupida, el terreno fangoso y la casa que nunca vi de cerca. La casa en que vivió es decrépita y el jardín recóndito ya en mis primeros recuerdos; los desvalijadores de barrios pobres se decepcionaron, porque dentro dieron sólo con pertenencias más miserables que las propias. Después los niños convirtieron el jardín salvaje de la Orlando en terreno de juegos; como lo hicimos nosotros, sólo que amenazados por quien nunca se dio a conocer ni dejó que nos acercáramos. Ese espacio abandonado no sería el campo de nuestras exploraciones al acecho sigiloso de su mirada; jinete admirable, disparando cerca y fallando a propósito, todo porque sí, como si esperara que llegáramos para que ella pudiera hacer lo único que quiso en vida: guardar un secreto.

La enterramos sin ceremonias en el Cementerio General, ante un juez gris que se guardaba de la lluvia con un periódico abierto sobre la cabeza y los sepultureros que se rompían la espalda echando tierra al pozo de lodo, dentro del que había desaparecido el cofre marrón que le compré. Vi todo desde el arco del portal del cementerio, mojándome porque la estructura no me protegía de la lluvia lateral. Regresé a la tienda poco después que el juez volviera a su despacho y los sepultureros se cansaran de apisonar suelo falso. Llovía menos, pero la cuneta sobre la que emprendí el camino de regreso ya estaba enfangada. El fango me recuerda a Julia. Esa tarde en la tienda se habló de ella a través del espejo de la muerte. Es verdad que no le interesó la proximidad del mundo y prefirió lo contrario; sembró árboles en sus terrenos escabrosos, recanalizó el río para empantanar las tierras y dio libertad a la maleza para que copara espacios y devorase en silencio.

A nadie le importó confirmar los motivos que tuvo Julia Orlando para aislarse. Junto a sus capataces montaba guardia a toda hora en busca de merodeadores a quienes hacía disparos de advertencia. No recuerdo que entre nosotros haya habido alguien que llegara a las inmediaciones de la casa, el miedo impuso distancias, cualquier intento de internarse paraba en seco con un balazo que moría apagado en el fango a nuestros pies. Nos contentábamos con pasar la noche en los lugares que conocíamos mejor y en los que aprendimos a ocultarnos para ver a Julia y sus hombres buscarnos como si no supieran dónde estábamos. Cuando corrió la noticia que ahí no había nada para robar y los últimos exploradores de su solar crecieron, fue como si Julia no hubiese existido.

Dejé de frecuentar sus predios cuando empecé a trabajar en la tienda. Me contaron que las pocas veces que aparecía, no la acompañaban cinco jinetes con fusiles como de joven comprobé, sino un peón viejo armado de cuchillo y cayado, ambos acechando las sombras que faltaban entre la maleza y la hiedra parásita de nuestros escondites. Desde que se quedó sola en la finca no salió a hacer la ronda por su cuenta y riesgo. En general salía poco. Sobrevivía cazando aves migratorias, comiendo verde o maíz tostado; hubo quien le adjudicó un protector urgido de culpa que le enviaba una pensión; otros decían que su suerte era sobrenatural. Nadie se atrevía a darla por muerta. Era de las personas que se estancan en una edad y la aparentan el resto de sus vidas. No se presentaba seis meses o dos años y cuando menos, aparecía de ninguna parte con dinero corriente en la tienda de abarrotes y se llevaba provisiones de harina, cereales y conservas para decenas de personas. Yo la ayudaba a embarcar todo en una carreta jalada por una yegua, también sin edad. Julia tomaba el camino hacia el este y seguía penosamente a campo traviesa hasta que la tragaba la espesura de la vegetación de su finca. No me daba cuenta del tiempo transcurrido, ni que la tienda se llenaba de artículos importados, que empedraron la calle y que luego la asfaltaron, que ya no vendía tantas velas ni lámparas de aceite, salvo cuando llegaba Julia y me pedía artículos que salieron del mercado. Nunca hablamos, pero así nos hicimos amigos auténticos, aunque sólo mientras revisaba el pedido, lo actualizaba de cualquier manera y subía todo a la carreta.

Cierto mediodía de domingo con poco movimiento, la escuché llegar cuando el motor del interprovincial se opacó a la distancia y la carretera se sumió en una pausa. A la distancia, la luz plana y potente la convirtió en un espejismo de la capa asfáltica. Montaba rígida e inexpresiva sobre el asiento de la carreta; la sequedad de su gesto se transmitía al compás monótono de su yegua. Los del pueblo eran demasiado jóvenes como para saber algo de ella o recordar las historias con las que crecí. Julia sostenía las riendas por fuerza de costumbre; hebras libres de cabello ceniciento le caían sobre ojos, sólo dejaban ver un poco del mentón pálido. Despaché aprisa el cliente que estaba atendiendo, era el único ese momento, de modo que me quedé solo en la tienda. Esperaba cada llegada de Julia, pero también me indisponían; una mirada suya, la revisión de los los enceres, cargar la carreta mientras ella contaba los billetes nuevos con los que me pagaba y escucharla agradecerme cuando fustigaba a su yegua con un golpe de rienda para partir, era enfrentarme al misterio que nos guardaba de la muerte y estaba prisionero y estancado en su finca impenetrable.

La yegua se detuvo –conocía el camino de memoria– pasé un limpión sobre el mostrador y me acodé a esperar; en medio de ese recogimiento y en contraste con el calor del mediodía, escuché que el motor de las congeladoras arrancó y que el aire acondicionado soltaba gas frío. Julia Orlando, sin mirar a otro lado que no sea el punto invisible entre sus pies y la grupa de su yegua, suspiró como si hubiese encontrado algo. No bajaba; ya había tenido que ayudarla a descender de su asiento o a sostener la puerta abierta desde que la edad la volvió lenta y débil. Antes de acercarme, tras la puerta del local cambié de opinión. Aun cuando era temprano, di vuelta al rótulo de cerrado y giré la perilla para echar seguro. No quería salir hasta que refrescara, menos a esa realidad sin secretos que la yegua memoriosa olfateaba intranquila.


Don Baucis amigo de este blog (segundo texto posteado es de el) y mio, nunca comenta y creo que nunca lee (aunque me jura que si) , en todo caso es un buen lector disfruten mucho de su texto inspirado en mi queridisima abuela (aunque no es mi abuela eh!) .

|

10/07/2004

Testigo (escrito por Patricio Zaina)

¿Dónde está?

¡Por allí! Mira… ¡El dedo!

Rodaba como si latiese aún vida en él, manos completas hurgaban ávidas las esquinas y debajo de los muebles. El anular parecía disfrutar de la cacería.

La puerta se abrió de golpe. Una figura enorme y cuadrada emitió un gruñido de jabalí:

Tienen que encontrarlo ¡Es el único que me puede acusar!.

|

10/03/2004

El himen imaginario

He escuchado mucho este estigma contra las feministas extremas, he oído decir que les dicen que son iguales a los machistas extremos. Ya que estamos en confianza debo decir que eso es una mentira de esas que son simple y llanas de esas que no tienen nada que ver con nuestra opinión. Es mentira porque el machismo y el feminismo no son una patología de la personalidad, son un discurso, una construcción ideológica, en el caso del machismo reproducida por todo el mundo; En el caso del feminismo como combate del anterior por medio de reformas y nuevas propuestas de estructura. Por eso es mucho mejor hablar de genero, ya que ahí entra el tercer, cuarto, quinto sexo. (Si algo es lindo en este mundo es la posibilidad de tener muchas combinaciones)
Cuando me hablaban de literatura femenina me reía, me parecía una payasada que exista ese género, luego la vida y un par de mujeres bacanes me corrigieron.
La historia del movimientos que proponen discursos de genero y su lucha, que no es lo mismo que la literatura femenina, son una lucha de lenguaje, lucha que en un primer momento fue para poder ser legitima, para compartir un poder que era divido por genero se podría decir, pensando que lo feminista era lo privado y lo masculino lo publico, que lo privado quería ser publico, por eso se hablo primero de igualdad de condiciones como ciudadanos, (una de las primeras fue la honorable mamà de Mary Shelley : Mary Wolstonecraft) .
Una vez que el discurso tuvo su espacio, se inventaron esas palabras como genero, BLA BLA. Y hoy es que los estudios de genero no procuran solamente la igualdad, tienen muchas corrientes unas que dicen que el poder debe ser tomado por el genero femenino (que es bien pequeño), otro que rescata los valores morales previamente establecidos de la mujer que dice que ser ama de casa no tiene nada de malo que luchan con el mal estigma que se le ha dado a estos valores. Otro que simplemente dicen que tenemos un proceso histórico diferente y que lo único que pide es ser legitimo y tener un espacio. Otro que dice que el género es solo un paso y que nuestra noción de poder debe desaparecer.
En todo estudio de género se tiene como base que somos una construcción social, paridos por paradigmas y que nada es como pensamos. Estamos jodidos.
Ahora si regresando a la literatura femenina, este genero nació para desaparecer, la palabra tiene que ser despojada, en realidad así como existen muchas propuestas en los discursos de genero hay muchas propuestas de literatura femenina, ya que históricamente ha sido diferente e tener vagina y no por el hecho sino la vagina como concepción social, el himen como concepción social, la cursilería, el Síndrome Premenstrual, ser madre, ser puta, el orgasmo femenino etc. Entonces la pregunta para ustedes es, ¿creen que ya es momento de que la Literatura femenina como género literario desaparezca? , ¿Creen que es una ridiculez marcar estas diferencias?
En todo caso escritoras mujeres hay de todo, les recomiendo para este tema, un ensayo de Sor Juana Inés de la Cruz que se llama las tretas del débil (es una carta a un cura jodido) Marta Traba también tiene un ensayo bueno sobre esto, material hay bastante.
Y la memoria me falla con los nombres, una cosa si es cierto mucha huevada eso de desconocerle la importancia a los discursos de género porque han abierto muchos espacios para juegos e ironías.
Y la ironía es una cosa tan linda.

No entendí si vas a ser libre o esclava,
no entendí si fui tu dueño o un borracho que pasaba,
soy grande pero tengo algo que aprender,
es el día mundial de la mujer.

Elegí pena u olvido o sudor compartido,
ojalá no me arrepienta de haberme conocido,
lo importante es que nunca pude hacerte sentir mal,
feliz día de la mujer mundial,
el día de la mujer mundial.
El dìa de la Mujer Mundial
Andrès Calamaro

|